No tengo nada en contra de los días lluviosos, en realidad me gustan porque ofrecen la atmosfera ideal para quedarte en cama acurrucadita viendo Tv y tomar chocolate caliente; pero ofrece un panorama totalmente diferente cuando la lluvia cae a cantaros y debes levantarte para ir a trabajar, esa es una historia muy diferente y más en República Dominicana.
Amo mi país pero es un caos desde que caen unas pocas gotas de agua, el transporte público se vuelve inexistente y los tapones están a la orden del día; pero como dicen por ahí este es “El País de las maravillas” a pesar de la nueva reforma fiscal y todos los cambios que trae esta nueva gestión y aun en medio de los tapones en pleno aguacero los Dominicanos buscamos la manera de pasarla de forma agradable, somos ocurrentes, joviales y gente de muy buenos sentimientos.
Llegue con 20 minutos de retraso al trabajo pero con una sonrisa enorme en el rostro…
“Dios solo quiero darte gracias por esta muy lluviosa y caótica mañana, gracias por la lluvia y por qué proveíste un vehículo en el que me mantuve seca, con un conductor precavido y por permitirme llegar a mi lugar de trabajo a salvo y más por permitirme nacer en esta hermosa isla, por la gente que veo a diario y aunque no conozco puedo ver reflejada la grandeza de tu amor”
Nunca me había reído tanto de camino a mi trabajo, la verdad me encanto mi inicio del día ;) y a solo unas horas de mi odisea el sol brillaba en el cielo de Santo Domingo como un día de verano cualquiera.
Definitivamente amo y vivo muy orgullosa de ser from “El País de las maravillas” un lugar hermoso en el caribe que lo tiene todo y donde ningún hecho es ordinario, Dios se esmeró al en mi ¾ parte de isla.
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