Su amor por mí no tiene límites es igual de inmenso que el mar y más maravilloso de lo que pueda imaginar, no tiene ni principio ni final simplemente es genial sentir que alguien te ama de esa manera, soy muy bendecida por el cada día y debo confesar que nunca me ha dejado sola. Aun cuando mi mente se turba y mi alma se siente abatida, el extiende su mano de misericordia hacia mí y me regala miles de sonrisas, me acaricia a través del aire, canta a mi oído serenatas con los pajaritos a mi paso y me sonríe con el sol.
No puedo negar que en mi andar en los caminos del señor he tenido mis altas y mis bajas, me he sentido desconcertada, decepcionada y a veces agobiada por pruebas y cantidad inmensa de tribulaciones, he vivido muchos momentos de dificultad, he atravesado desiertos y sequias a nivel emocional en las que no sentí la mano de Dios obrando en mí y esto solo porque no era lo que esperaba en el momento.
Es increíble y a veces considero que Dios me ama demasiado y que yo soy una tonta al sentirme mal algunas veces, porque quiero ser más de lo que soy, él sabe de mis limitaciones y de mis frustraciones y no le importa nada de eso, el me diseño y me Ama tal cual soy, es difícil para mí ver como él tiene y manifiesta cada día ese gran amor por mí.
Saber que pase lo que pase y haga lo que haga el siempre estará ahí para mí 24/7 y los 365 días del año es el mejor regalo que jamás he podido recibir, saber que es por gracia, un regalo que él quiso darme no obstante lo que haga solo por ser quien soy y como soy, con defectos y virtudes, altas y bajas, berrinches es un todo incluido, vela por mis sueños es él mi refugio y mi torre fuerte del que no me quiero separar nunca.
Mi amor por el crece cada día más y más y me llena de gozo ver como usa mi vida como instrumento de bendición, que soy capaz de reflejar su amor y cuidado por nosotros y que puedo enseñar a otros de cómo él me ha y está enseñado, cada día me muestra nuevas cosas, que es mi mejor amigo, mi apoyo incondicional, quien me ha visto llorar, reír y pelear y no obstante mis drásticos cambios de ánimo sigue ahí para mí, cuán grande y majestuoso amor el brinda para nosotros. Soy un ejemplo vivo de su amor, protección, cuidado, sobre todo su comprensión y provisión oportuna.
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